Nuestro 6º día en Indonesia fue muy especial para mi. Era la oportunidad de poder cumplir un sueño, de poder ver de cerca a los dragones de Komodo. Estos dragones son únicos en el mundo y solo los había podido ver a través de los documentales de la 2 de TVE. Así que, cuando la recepcionista del Hotel nos llamó a las 5:30 am, ya estaba despierta y ansiosa por llegar al archipiélago. El trayecto se nos hizo corto y divertido, ya que fuimos en unos botes rápidos, que no paraban de saltar debido a su gran velocidad (algunos de los miembros de IPW acabaron mojados en el trayecto), tardando tan solo 1 hora en llegar al Parque Nacional de Komodo. Una vez allí, los rangers nos separaron en grupos de cinco personas, y previa explicación de algunas normas de seguridad que debíamos de cumplir, haciendo hincapié sobretodo a las mujeres, en avisar si alguna de nosotras tenía la menstruación, ya que estos dragones huelen la sangre a 10 km de distancia, y se vuelven muy agresivos pudiendo matarse entre ellos e incluso a los visitantes. Así que, una sensación entre miedo y emoción me invadió al estar allí, no separándome de nuestro guía en ningún momento.
Nuestro habilidoso guía cogió un diminuto dragón, para mostrarnos de cerca otra especie mas pequeña de las muchas que habitan en Komodo. Nuestros amigos Mieke de Australia y Mr. John de Inglaterra, se atrevieron y posaron con el pequeño dragón en sus manos. Durante nuestra ruta a pie tuve la sensación de encontrarme en un Parque Jurásico, algo así como poder retroceder en el tiempo 5 millones de años.
Este dragón estaba agazapado entre unos matorrales, como podéis ver no tienen orejas externas, pero tienen unos orificios que les permiten oir. Por contra, tienen una vista extraordinaria y pueden ver hasta una distancia de 300 m.
Después de comer, fuimos a visitar Komodo village. Aquí, nos dieron una bienvenida diferente a la que estábamos acostumbrados en la isla de Buton con sus danzas tradicionales y trajes típicos. Realmente, te das cuenta que este poblado está muy acostumbrado a recibir a muchos turistas, ya que los niños nos esperaban en el embarcadero ofreciéndonos comprarles todo tipo de souveniers artesanales, (collares de perlas y dragones de madera tallados a mano, etc), que por cierto, eran muy bonitos y una gran oportunidad para comprar a un buen precio.
Al atardecer fuimos a visitar Loh Buaya, isla de Rinca (otra de las islas del Parque Nacional), aquí pudimos disfrutar viendo muchos mas dragones y otros animales salvajes. Estuvimos un buen rato disfrutando y observando todos los movimientos de estos impresionantes reptiles. Los obturadores de las cámaras de los invitados de IPW, literalmente echaban humo.
Realmente son unos reptiles impresionantes e impactantes, caminan de una forma muy peculiar acompasando las patas delanteras con las traseras para desplazarse, y aunque son unos animales que suelen permanecer bastante tiempo tumbados y relajados, repentinamente se mueven con suma agilidad cuando quieren atacar a su presa. Llegan a alcanzar una longitud de 3 metros y un peso de hasta 165 Kg. Su mordedura es letal, ya que transmiten una gran cantidad de bacterias que provocan una septicemia (coagulación de la sangre), que en caso de no ser tratada con extrema urgencia llegan a producir la muerte. De hecho, es así, como matan a sus presas.
Ya de regreso a Labuan Bajo, pudimos disfrutar de una maravillosa puesta de sol durante nuestro trayecto en el bote.